Aventuras Gráficas ~ La nostalgia hecha patente

"¡Luchas como un granjero!"

"¡Qué apropiado, tú peleas como una vaca!"

Es imposible que a las personas de mi quinta (quinta arriba, quinta abajo) no les cause nostalgia en estado puro esta frase. En una época en la que la calidad gráfica quiere/parece intentar primar sobre el entretenimiento digital, quiero dedicar un rinconcito a hacer retórica sobre el género (casi extinto) que nos traía de cabeza en la década de los 90. Iba a iniciar la entrada hablando sobre la historia de las aventuras gráficas, pero da la casualidad que nuestros colegas de La Isla de los Monstruos escribieron una entrada sobre el mismo tema, así que os dejo que os paséis por su blog y leáis su entrada si queréis saber más al respecto, ya que allí la cuentan perfectamente.

Los magos de la aventura gráfica, Lucas Arts y Sierra.

No se me ocurre comenzar la entrada de otra forma que con una pregunta: "¿Por qué? ¿Por qué decidió el mundo privarnos del género más entretenido de la industria?" Son muchas, muchas horas las que los jugones como yo pasamos delante del ordenador rompiéndonos la cabeza para resolver los misterios que nos proponían todas estas aventuras, la mayoría de ellas en clave de humor. Desde las aventuras conversacionales, pasando por las aventuras gráficas conversacionales, hasta las que finalmente serían las aventuras gráficas con ratón. Pese a que las aventuras conversacionales puedo decir que no las viví de pleno porque además, mi nivel de inglés en aquella época era más bien bajo y esto era algo necesario para descifrar los verbos que los programadores nos ponían entre manos, sí las recuerdo y hay que tenerlas muy en cuenta. Pero como esto no es lo que quiero tratar en mi entrada, vamos a ir un poco al grano y hablar directamente de las aventuras gráficas, o más bien, de mis aventuras gráficas, de las que yo viví.

Police Quest: La saga de Police Quest tuvo cuatro títulos y la recuerdo como una de las primeras aventuras gráficas que "caté". El argumento era bastante adictivo y podemos decir que ésta es una de las más serias que probé. El protagonista era un policía y tenías que resolver casos de crímenes en serie. Recuerdo esta saga con mucho cariño por ser una de las primeras que probé pero no es "de mis preferidas". Aún así, pasé muchas horas tratando de resolver los enigmas que nos planteaban sus programadores y el título era muy al estilo CSI, lo que hacía que te enganchases cuando tenías que ir buscando pistas sobre asesinatos, etcétera, etcétera. La saga Police Quest pertenecía a Sierra.


Space Quest: No podía faltar el Space Quest, también de Sierra, en mi lista de aventuras gráficas. También de las primeras que pude catar y contada en clave de humor, narra las aventuras del conserje espacial Roger Wilco, durante los muchos viajes estelares para salvar el universo.

Tanto el Space Quest como el Police Quest contaban con la típica interfaz de "coger, hablar, usar", pero con iconos gráficos.

¡Ah, qué recuerdos! Si es que ya no se hacen juegos como estos, caramba. Ahora se hacen juegos cuidados hasta el más mínimo detalle que luego te acabas en cuestión de horas, lo tiras al armario y no lo vuelves a coger nunca más.

Mundodisco: Basado en las novelas del mismo nombre de Terry Pratchet, esta saga de 2 (sí, 2, el Discworld Noir NO lo pienso contar, para mí NO EXISTE) capítulos cuentan las aventuras y desventuras de un mago, en clave de humor negro, y su baúl infinito con cientos de patitas. Nota especial a LA MUERTE, que SIEMPRE HABLA EN MAYÚSCULAS. Si te gustan las novelas de Pratchet, debes catar estas dos aventuras. Además, el Mundodisco me trae especiales recuerdos porque fue el primer juego que tuve en CD-ROM. Tenía que elegir entre ése y el Full Throttle.

Simon the Sorcerer: Y como de magos va la cosa, no se me puede olvidar otro de mis favoritos, el Simon the Sorcerer aka el Harry Potter torpe. Igual es un desconocido para muchos, ya que no es ni de Sierra ni de Lucas, pero puedo decir que con este juego no podía para de reír. Cuenta con una secuela que también es para mear y no echar gota. La cosa es sencilla: Niño que vive en su casa y atraviesa el ropero, al más puro estilo Narnia, para transportarse a un mundo de magia y hechicería, donde luego tendrá que hacer de todo para luchar contra el malo maloso. Qué gracia me hacía el bichito de MacSwamply y su imperio de hamburguesas.

Especial mención a la segunda entrega, donde viví una de las secuencias más absurdas. Para llegar a la mazmorra del malo malote tenías que atravesar un cuarto vigilado por el monstruo de los mil ojos, las mil orejas y las mil narices. Para los ojos y las narices fácil. Apagabas la luz y te ponías un poco del sudor de goblin de la planta de abajo. ¿Cómo diablos hacía que el monstruo no me escuchara? Fácil, si parece mentira: "Vestir perro" y entonces te sacabas al perrito del sombrero y lo convertías en unas babuchas. ¡Ay, ay!

Indiana Jones and the Fate of Atlantis: No, puedo decir que soy un hereje que no jugué al Indiana Jones y la Última Cruzada y sí, podéis lapidarme y colgarme patas arriba para someterme a las más cruentas torturas, pero eso no cambiará el hecho de que no lo haya probado.

Pero bueno, jugué a éste, y debo decir que es un juego que me encantó. Como véis en la imagen, éste es de los colegas de Lucas. ¿Quién querría comprar muñequitos, sables de luz y demás tonterías? Si es que este Lucas era tonto...

La verdad es que con la tonelada de basuras de juegos de Star Wars que hacen hoy día, podían dedicarse a aventuras gráficas de las buenas como ésta y no toda esa tonga de bodrios injugables.

Leisure Suit Larry: ¡Soy Lezard! Claro que no podía faltar esta saga en mi lista. Pero eso sí, los seis primeros, los otros para mí no existen. ¡Alejadlos, malditos!

Éste, cómo no, contado en clave de humor, trata sobre las aventuras sexuales de nuestro enano salido mental Larry. ¿Cuál es el objetivo de cada uno de los juegos? ¿Pues cuál va a ser? ¡Llevarse a la cama a la maciza más macizorra de todo el juego! Eso sí, cuidado con las enfermedades venereas que te mataban directamente y luego tenías que volver a empezar.

Especial mención al Larry 6 (el la imagen), a la Capitana QuéMuslos y a los condones tipo Wally que tenías que buscar por todos los camarotes del barco. Horas de diversión, ¡sí, señor!

Monkey Island: ¿Qué pensábais? ¿Que no iba a hablar de él? Pero si además fue el causante de que yo escribiera esta entrada. Gracias a un descuento en mi tarjeta de Game, me pillé el Curse por 2 Euros. Si ya lo decían en la tribu de Yogurtu: "¡Es una verdadera Ganga!" Bueno, el caso es que es casi imposible no relacionar directamente "aventura gráfica" con "Monkey Island".

En Monkey Island presenciamos las aventuras de Guybrush Threepwood, aprendiz de pirata, para ser rico, famoso, beber mucho Grog como los piratas de verdad, conseguir muchos tesoros, apoderarse del corazón de su amada Elaine y safarze de las garras del terrible pirata LeChuck. No, Piratas del Caribe no es una copia descarada (EJEM, EJEM) de esta saga.

Pese a que muchos lo digan, en esta saga sólo hay tres juegos. ¡Sólo tres! Maldito sea a quien se le ocurrió la dantesca idea de pasar este juego a 3 dimensiones y parir la ABERRACIÓN de "Escape from Monkey Island". Y recordad... "Los monos te observan".

Maniac Mansion - Day of the Tentacle: Y por último el que para mí es el rey de todo este artículo. Sí, todos los demás son grandes, grandísimos, como el Monkey, o el Simon, pero éste, éste es sencillamente la que para mí es la aventura gráfica de mi infancia. Fue gracias a este título por lo que comencé a interesarme verdaderamente por el inglés. En aquella época ya lo estudiaba, pero yo quería entender a la perfección esta joyita de Lucas.

¡Qué grande! Con finales alternativos, múltiples personajes y una historia desternillante con una cantidad de personajes de chiste y un montón de situaciones absurdas.

¡Los tentáculos dominarán el mundo! Además, en la segunda entrega te podías meter en un ordenador a jugar al primero (el pionero del sistema SCUMM), el Maniac Mansion.

Hay muchas más aventuras gráficas para comentar, como The Dig, Full Throttle, Loom, Sam & Max y las muchas apuestas españolas que surgieron en el ocaso del género, pero la entrada se podría hacer eterna y eso no es lo que pretendo. Otro aspecto simpático a comentar de estas aventuras gráficas (y en general de los juegos de la época) era el peculiar sistema anticopia que traían aquellos juegos. Aquello sí que eran anticopias y lo demás es tontería. El anticopia era lo primero que veías al comenzar el juego. Si no hacías lo que decía, no podías jugar. Ejemplos:

-"Vete a la página 84 del manual y dime cuál es la 3ª palabra de la 2ª línea del 4º párrafo". ¡Eureka!
-"Dime cuál es el nombre del equipo del 4º escudo que aparece en la página 34 del manual". ¡El Madrid, eureka! En éste, si intentabas fotocopiar el manual en blanco y negro, no te salían los escudos.
-"Dime el año en que murió este pirata que ves en pantalla". Éste era el del Monkey Island 1 y consistía en una especie de rueda que te permitía formar piratas con tres trozos de la cara. La "gracia" es que cuando formabas el pirata que salía en pantalla, tenías un recuadro justo debajo donde te ponía un año.
-Y para mí el más currado de todos, el del Maniac Mansion. ¡Tenías que ponerte unas gafas tridimensionales para formar una palabra concreta del manual, que venía en colores azules y rojos! De locos, pero de locos listos e ingeniosos.

En resumen, el salto a la tercera dimensión a las aventuras gráficas le sentó muy mal. Pero sigo pensando: ¿Qué hay de malo en crear un juego en dos dimensiones? ¿Alguien va a la cárcel por ello? Muy bien por la apuesta de los muchachos de Nintendo, trayéndonos aventuras gráficas en su portatil, la DS.

Bueno, y ahora que acabo la entrada y ya tenéis ese regusto a nostalgia en la boca, vuelvo a formular la misma pregunta: "¿Por qué? ¿Por qué decidió el mundo privarnos del género más entretenido de la industria?"

Nos leeremos en futuras entradas.